Me encanta viajar y suele darme la “Olguita Marina” (necesidad de salir, ahogos) cuando no lo hago. Cada cierto tiempo empiezo a planear salidas para conocer otros lugares o al menos tomar aire. La cosa es que, desde que soy mamá, el panorama se ha vuelto más complicado. Me da ansiedad salir sin plan (tema para otra ocasión, la ansiedad…) así que tengo que generar un listado y demás para poder llevar a cabo todo. Así, me veo con la carga mental de planear dónde vamos y lo que esto conlleva (pasajes o ruta, buscar alojamiento, negociar con mi parejo, etc.), preparar los bolsos, hacer el check in o juntar sencillo para los peajes, poner colaciones, etc.

Ya estando en el lugar la cosa sigue así. Al final es un poco ir a cuidar (alimentar, observar, proteger, lavar partes de cuerpo) en un entorno más bonito. Tiene sus cosas buenas sí, obviamente. Se generan espacios de compartir y dinámicas distintas, conocemos lugares nuevos, puedo TOMAR OTRO AIRE !!, pensar OTRAS cosas 💕 y una de mis favoritas: no lavar la loza (o al menos no tanta).

Cada año la pega es más compartida porque las crías crecen y con mi parejo nos vamos entendiendo mejor y repartiendo más la cosa (yo estoy aprendiendo a soltar más, también). Pero aun así, salir de vacaciones con crías chicas implica una cantidad de trabajo y energía que hace la situación a ratos más cansadora que lo contrario.

Por eso es importante pensar en ti, en cómo cuidarte y en qué cosas haces para ser consciente de las necesidades que tienes, de los pensamientos que se te vienen, y sobretodo ser más compasiva y amable contigo misma y tus procesos.

“¿Pero cómo, Ju? en qué momento? ” te preguntarás. Y la respuesta está en la punta de tus dedos… jejeje. Si entras a nuestro IG @matriaesencia podrás encontrar una especie de desafío de 30 días que creamos, es una invitación llamada “maternidad y autocompasión”.

Sabemos que la maternidad puede ser una experiencia exigente y desafiante; una vivencia donde las madres a menudo enfrentan altas expectativas del rol materno, presiones externas y una carga emocional significativa. Y por eso, nos gustaría invitarte a embarcarte con nosotras en la práctica de la autocompasión. Que  poco a poco puedas relacionarte contigo desde la amabilidad, la comprensión y el cuidado, especialmente en momentos de dificultad; que puedas reconocer y aceptar tus propias imperfecciones y limitaciones, sin juicios ni castigos. Que puedas cultivar una actitud de cuidado y apoyo contigo misma. Que puedas disfrutar de tu maternidad. ¿Te tinca?

Te dejo el enlace para que pases a mirar, aquí.

Un abrazo amoroso

JU